Camino a las Fiestas Patronales..
El día 11 de febrero, nuestra Parroquia estará festejando sus fiestas patronales ya que se celebra la Festividad de Nuestra Señora de Lourdes conmemorando el día de su primera aparición. Y es por este motivo que nuestra comunidad se prepara para esta gran celebración, y uno de los actos principales será la Consagración a María, a través del método de los 33 días de San Luis María Grignon de Monfort. Para poder realizar esta Consagración a nuestra Madre, se deberá realizar un camino de preparación, que consta de 33 días, más específicamente es de la siguiente manera: consiste en doce días preliminares para que el alma trate de vaciarse del espíritu del mundo, que es todo lo opuesto al espíritu de Jesucristo. A éstos seguirán tres semanas de oración y meditación, durante las cuales el alma buscará un mejor conocimiento de si misma (primera semana) de María (segunda semana) y de Jesucristo (tercera semana). El acto de Consagración, es un momento en la vida de cada ser humano, en el que voluntariamente, ofrece todo su ser y sus circunstancias, a la Madre de Dios y Madre Nuestra, la Santísima Virgen María, para que a través de Ella lleguemos a Jesús nuestro Salvador.
Las reuniones de preparación serán los días 10, 23 y 31 de enero a las 19:30 hs y el 7 de febrero a las 18 hs en el centro parroquial (Los Raulíes 688, La Unión). Comencemos a prepararnos para celebrar junto a nuestra Madre su día en comunidad, que esto sea la verdadera fiesta de la Iglesia.
Las reuniones de preparación serán los días 10, 23 y 31 de enero a las 19:30 hs y el 7 de febrero a las 18 hs en el centro parroquial (Los Raulíes 688, La Unión). Comencemos a prepararnos para celebrar junto a nuestra Madre su día en comunidad, que esto sea la verdadera fiesta de la Iglesia.
“Antes de descubrir el "Tratado de la Verdadera Devoción a la Sma. Virgen" yo había procurado mantenerme a distancia por temor a que la devoción mariana ocultara a Cristo en vez de abrirle paso. A la luz del Tratado de Montfort comprendí que sucede lo contrario. Nuestra relación íntima con la Madre de Dios surge naturalmente a partir de nuestra relación con el misterio de Cristo". (Beato Juan Pablo II en André Frossard, "Diálogo con Juan Pablo II” págs. 184 -185.)